Blog de análisis de los diarios argentinos.

lunes, 25 de junio de 2007

Invitación

Ya nadie duda que la época actual sea uno de los ciclos más convulsionados y cambiantes de la historia. Un tiempo que recuerda la historia de Don Quijote, que también se publicó en el comienzo de un siglo, en 1605, y que surgió en un momento de fractura, un momento, como hoy, en que la humanidad presentía pero no veía, que sabía que estaba atravesando un cambio civilizatorio sin retorno pero no tenía las herramientas para entenderlo.

Como le pasaba al caballero de La Mancha, se vive con la sensibilidad, la lógica, los sentimientos, los ademanes, las reglas del juego de un mundo que ya desapareció, con desasosiego en medio de un paisaje un poco fantasmal, entre un mundo que se fue y otro nuevo que no termina de hacerse evidente

Este es un proceso de transición histórica, cuya característica principal es la imprevisibilidad, y nada es más necesario en un mundo como este que el análisis y la investigación periodística.

La propuesta de UNLaM Opinión es de rebeldía frente a la afirmación de la noticia como pura mercancía y una invitación para pasar a considerarla como un bien social.

Un poco de historia

El surgimiento del periodismo, o más bien de los primeros periódicos de hojas informativas, se dio en el contexto del mercantilismo y respondió a la avidez de información de un público lector que era parte de la burguesía en ascenso, como por ejemplo, los comerciantes.

En esos albores, la noticia fue concebida y comprendida como una mercancía con valor. El valor que para el público tenía la información se traducía en estar al día respecto de los movimientos de tal o cual producto, o de tal o cual mercado; y se correspondía, en el nuevo mercado de la información, con el valor que le asignaban estos primeros editores, es decir, el precio estrictamente hablando de periódico, folleto u hoja informativa.

Desde esta perspectiva se puede decir que efectivamente los medios venden y vendieron históricamente noticias, y por lo tanto las noticias son en parte mercancías que circulan en un mercado que se llama de la información.

Sin embargo, el fenómeno del periodismo y de este mercado es mucho más complejo, y se fue complejizando más aún con el correr de los siglos, para acelerarse brutalmente durante la segunda mitad del siglo XX hasta el presente, en una carrera que se encuentra estrechamente vinculada con el surgimiento de las nuevas tecnologías y los grandes multimedios.

En la actualidad los aspectos informativos son monopolizados por ciertos sectores y grupos que también compiten en los campos de la producción de papel, el desarrollo tecnológico y las telecomunicaciones, y en algunos casos en esferas de negocios extramedios.

Los diarios en números

Diario

Tirada en miles (aprox.)

Lugar de producción

Lugar de impresión

Alcance

Clarín

380/650*

Buenos Aires

Buenos Aires

Nacional

La Nación

170/280*

Buenos Aires

Buenos Aires

Nacional

Página 12

45**

Buenos Aires

Buenos Aires

Nacional

Crónica

90/110*

Buenos Aires

Buenos Aires

Nacional

Diario Popular

60**

Avellaneda

Avellaneda

Buenos Aires y conurbano

Ámbito financiero

40***

Buenos Aires

Buenos Aires, Córdoba, Neuquén

Nacional

El Cronista Comercial

45**

Buenos Aires

Buenos Aires

Nacional

Infobae

20**

Buenos Aires

Buenos Aires

Buenos Aires y conurbano

La Prensa

22**

Buenos Aires

Buenos Aires

Buenos Aires y conurbano

* La primera cifra corresponde a ejemplares publicados de lunes a sábados; la segunda a los domingos.

** La misma tirada de lunes a domingo.

*** Sólo se publica de lunes a viernes.

Fuente: Baraldo y Asociados, Informe, mayo de 2003

Buenos Aires, que concentra más del 90 por ciento del flujo informacional del país, es la gran agencia de noticias a través de sus diarios, radios y emisoras de televisión. En consonancia, los números de la circulación de diarios de alcance nacional dicen que entre Clarín, La Nación, Página 12, Crónica, Ámbito Financiero y El Cronista Comercial colocan de lunes a viernes 770 mil ejemplares en la calle, mientras que el total de ejemplares que se editan y circulan en Buenos Aires es de 872 mil. Las cifras son aproximadas, hay versiones diferentes según las fuentes, y el número aumenta si el dato lo proporcionan los mismos medios.

Clarín duplica la tirada de La Nación, el segundo favorito y esto es una clara muestra del poder que tiene esta empresa en el manejo de la información. Además, se evidencia la dificultad de los medios estatales para competir en el ranking con los privados, lo que indica una ausencia de políticas informativas, culturales y mediáticas desde el Estado que garanticen calidad y una voz pública en la sociedad. La tabla revela además las trabas para una expresión periodística no relacionada directamente con las fuentes de poder económico hegemónico (nacional y transnacional).

Independencia y publicidad

La objetividad y la independencia son dos preocupaciones tradicionales de la prensa. Las discusiones acerca de la construcción de los acontecimientos, su relación con la opinión pública y los climas favorables o desfavorables para ciertos procesos implican una responsabilidad muy grande. Sustentar la idea de que la noticia es reflejo de los hechos puede tranquilizar. Sin embargo, los relatos que publican los medios están atravesados por intereses empresariales, políticos y personales, sin olvidar, las diversas interpretaciones sociales.

Estos dos estandartes, elevados como banderas del periodismo y de las empresas de medios, no pueden pensarse como términos absolutos porque en realidad no lo son en la práctica. La publicidad oficial es el principal ingreso de la mayoría de los diarios nacionales. Por este motivo, es difícil referirse a un periodismo independiente cuando los multimedios responden a corporaciones económicas que muchas veces nada tienen que ver con el periodismo.

La posibilidad de lucrar no es tan obvia en la mayoría de los casos. No hace falta que el Gobierno o las empresas pauten para que un medio tome posiciones funcionales. También muchas veces, en las acciones más privadas se genera un alineamiento que puede influir en la publicación o no de cuestiones que afectan en forma directa a los consumidores mediáticos en tanto ciudadanos.

Gente que compra gente

“El origen del término clientelismo se ubica en la `clientela´ romana, así se designaba un conjunto de relaciones de poder y dependencia política y económica que se establecía entre individuos de estatus desiguales, basado en el intercambio de valores. Estas relaciones implicaban la presencia de individuos de rango elevado, patrones, propietarios de la tierra y con influencia sobre las políticas centrales que ofrecían tierra y protección a uno o varios clientes, a cambio de su sumisión y obediencia”.

(Del Diccionario de Política de Norberto Bobbio, Incola Mateucci y Gianfranco Pasquino)

La Ciudad es hoy el distrito más inequitativo de la Argentina en términos de ingresos polares, es el sitio donde la grieta se ensancha más. Por ejemplo, contiene cien mil viviendas vacías y más de noventa mil clasificadas como “deficitarias o viviendas precarias irrecuperables: ranchos, casillas, piezas de hotel o inquilinatos.

Sin embargo, tanto para las autoridades como para el endeble debate preelectoral, la pobreza parece formar parte del silencio. Mientras miles de televidentes se concentraban en la cena de los Martín Fierro y otros bostezaban frente al debate a tres voces (Telerman, Macri, Filmus), la sección Infografías de Clarín se dedicaba a contar cada una de las palabras que los candidatos pronunciaban. El ejercicio arrojó resultados significativos: Macri pronunció sólo dos veces la palabra pobre o pobreza, Filmus lo hizo cinco veces y Telerman ninguna.

No sorprende entonces que la Capital sea uno de los principales escenarios donde se teje la telaraña del clientelismo político. Evidentemente, conviene que los pobres sigan siendo pobres, así es más fácil manipular los votos.

La noticia y el bien común

La mejor noticia es la que deja más ganancia, y un medio, en determinados casos, hasta puede sacrificar esa ganancia en función de un beneficio mayor: la conservación del sistema. Aún con la mirada puesta en el lucro, los medios nunca dejan de ser instrumentos del grupo de poder que lo contiene para difundir contenidos que convienen a sus intereses.

El caso del neoliberalismo muestra bien cuan alejada está la noticia del bien común. Por ejemplo, el Consenso de Washington nunca hubiera podido instalarse con la amplitud y la profundidad con que lo hizo en todo el mundo sin la ayuda de los medios.

En la Argentina, el papel de la prensa fue también protagónico para que la mayoría de la población, que en la última década descendió de clase o se derrumbó económicamente hacia la pobreza o hacia la indigencia, aceptara con gusto y hasta respaldara medidas y cambios que eran perjudiciales para sus propios intereses.

Ahora bien, es indiscutible que la información es un bien socialmente necesario, porque en las actuales sociedades posindustriales, la información contribuye al debate público, hace a la opinión pública, cuya forma de expresión, por excelencia, son las elecciones. Y precisamente esto es lo que hace que exista, en todo sistema de medios de comunicación, un interés político y un proyecto político. La información es poder, ergo, los medios son un negocio.

Las relaciones con la publicidad han hecho oscilar la balanza entre el contenido redaccional y el publicitario de un medio. En Argentina el texto informativo se convirtió en señuelo para atraer al publicitario.