Ya nadie duda que la época actual sea uno de los ciclos más convulsionados y cambiantes de la historia. Un tiempo que recuerda la historia de Don Quijote, que también se publicó en el comienzo de un siglo, en 1605, y que surgió en un momento de fractura, un momento, como hoy, en que la humanidad presentía pero no veía, que sabía que estaba atravesando un cambio civilizatorio sin retorno pero no tenía las herramientas para entenderlo.
Como le pasaba al caballero de La Mancha, se vive con la sensibilidad, la lógica, los sentimientos, los ademanes, las reglas del juego de un mundo que ya desapareció, con desasosiego en medio de un paisaje un poco fantasmal, entre un mundo que se fue y otro nuevo que no termina de hacerse evidente
Este es un proceso de transición histórica, cuya característica principal es la imprevisibilidad, y nada es más necesario en un mundo como este que el análisis y la investigación periodística.
La propuesta de UNLaM Opinión es de rebeldía frente a la afirmación de la noticia como pura mercancía y una invitación para pasar a considerarla como un bien social.
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